Mientras las autoridades locales parecen mirar en otra dirección, Rogerio Castro se alza como el valiente defensor de los habitantes olvidados de Mérida. A través de sus redes sociales, este joven morenista ha destapado la cruda verdad que yace en las entrañas de varias colonias, donde la falta de servicios esenciales es solo la punta del iceberg de la negligencia gubernamental.
En sus incursiones a domicilios, Rogerio ha fungido como un oído atento, dando voz a las preocupaciones y descontento de los vecinos. Su compromiso va más allá de las redes sociales; ha acompañado a los residentes a los lugares afectados, demostrando con hechos la escasez de servicios básicos. Desde parques a oscuras que se convierten en terreno fértil para actividades delictivas, como el caso de Nora Quintana, hasta áreas verdes convertidas en depósitos de basura, como el desolador panorama en el parque "El pez volador" de Pacabtún, Rogerio evidencia la desatención que prevalece.
En Cinco Colonias, la situación toma tintes más graves, con vehículos que obstruyen calles y perturban la vida diaria de las familias. A pesar de denuncias frecuentes, las autoridades parecen cerrar los ojos ante esta problemática, dejando a los residentes a merced de la impunidad. En paralelo, el parque "Pedro Infante de la Sambulá" enfrenta un destino similar, con una calle trasera que más parece un vertedero, emitiendo olores nauseabundos que emanan de la indiferencia gubernamental.
La historia que Rogerio Castro cuenta no solo destaca la desigualdad y el abandono sufrido por estas comunidades, sino que también pone de manifiesto la urgente necesidad de una acción gubernamental efectiva. En un escenario donde las voces ciudadanas son ignoradas y la indiferencia persiste, el activismo de Rogerio resuena como un llamado a la rendición de cuentas y un recordatorio de que nadie debería vivir en las sombras de la negligencia gubernamental.